Hace quince días, el borbón recibió su segundo Goya honorífico, esta vez de manos de Álex de la Iglesia. Alabo esta decisión. No me cabe la menor duda de que se lo merece por su enorme contribución a la tragicomedia nacional, digna de admiración por su equilibrio interpretativo, obra maestra compleja de ocultamientos, disfraces y situaciones equívocas, que él maneja con batuta magistral. (¡Ay! debo dejar de leer ciertos periódicos)
De las palabras del sr. Alejandro de la Iglesia Mendoza, echándole la culpa de todos los males del universo a la Ley Audiovisual, destaco éstas:
(El cine español) además de su fuerza creativa aportada por la imagen, de su diversidad de miradas y lenguajes, cuenta con una herramienta de una fuerza inigualable: nuestro idioma común. [...] El castellano es el vehículo que hace que los 24 fotogramas por segundo puedan llegar a 500 millones de personas
No contento con ese reconocimiento a su trayectoria, el ciudadano Juan Carlos (golpista nombrado a dedo por un golpista) recogía de manos de Aznar (golpista que nombra a dedo a un fascista) el “Premio FAES de la Libertad”, conocido como "el alambre ese", en un ejercicio de chupaculismo en toda regla en busca del título nobiliario perdido.
Y es que a todos los ex-presidentes del gobierno se les ha ofrecido un marquesado (o un ducado si resultabas algo incómodo) menos al sr. José María Alfredo Aznar López. Es una injusticia a sus ojos, ya que nadie, repito, NADIE como su persona encarnaría la grandeza de España. Pero el monoarca no le perdona que intentara usurparle la jefatura del estado en varias ocasiones.
El discurso del sr. Ánsar puede leerse aquí y el del borbón aquí. Únicamente dicen memeces y falsedades, aunque debo ser justa y señalar que el mitrofanticida le ganó a Jose Mari por puntos: utilizó 17 veces la palabra libertad por las 10 del inventor de la ecuación que lleva su nombre.

El caso es que el ciudadano Juan Carlos no pudo viajar esa tarde a Barcelona para la celebración del X aniversario de la reconstrucción del Liceu. Alegó las molestias típicas del embarazo o propias del divorcio de la niña (elegir según se vea), pero yo creo que andaba un poco ligerito de vientre (lo que comúnmente se conoce por "acojone intestinal") al pensar en el follón que se le podía venir encima con lo del Estatut y esas cosas de provincias. De hecho, parece que hasta se tomaron medidas de seguridad extra. Quizás fuese también por los resultados del Diagnòstic de percepcions Catalunya-Espanya que confirman lo que los catalanes y las catalanas ya sabemos.
Tampoco es para tanto. Quererle, lo que se dice quererle, en Catalunya no le queremos, pero la idea de un "malditos bastardos" a lo Tarantino nos da mucha pereza. Además, a nosotros sí nos gusta la ópera y nuestro Liceu con las lámparas al revés. Así que puede venir cuando disponga y dormirse en el palco escuchando a Verdi en medio de una extraordinaria placidez.
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