Recordemos la situación en Euskal Herria

Recordemos que cuando la administración considera que pueden producirse alteraciones del orden público, con peligro para personas o bienes, se puede prohibir una manifestación por vía administrativa.

Recordemos que el 25 de septiembre de este año, Rodolfo Ares comunicó que desde ese momento su departamento informaría a la Audiencia Nacional y no al TSVPV de todos los actos convocados por Etxerat, de manera que las concentraciones y actos convocados para pedir el acercamiento de los presos no se encauzarían mediante resoluciones de carácter administrativo, sino directamente por la vía del artículo 578 del Código Penal, enaltecimiento del terrorismo y menosprecio a sus víctimas:
"Buscaremos la cobertura legal necesaria para seguir con la política de tolerancia cero, aplicando el Código Penal y la Ley de Víctimas e impidiendo que se ofenda a éstas"
Recordemos que la causa fue que la Sección Primera de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco revocó la prohibición hecha por Interior de que se exhibieran fotos de presos vascos en tres actos silenciosos convocados por Etxerat bajo el lema "Etxean nahi ditugu" (Los queremos en casa), actos que se venían celebrando en la misma calle desde hace 20 años.

Dicha sentencia era "ajustada a Derecho" y no constituía un pronunciamiento judicial sobre el carácter no delictivo de los carteles y fotos de presos de la organización terrorista. El TSJPV consideraba que Interior no argumentaba por qué un acto contra la dispersión de los presos, aceptado como lícito, se ve afectado por la simple exhibición de fotos de los reclusos. Por supuesto la Audiencia Nacional desautorizó al TSJPV.

Los presos, incluso los condenados por delitos de sangre, no están privados de derechos humanos. Nuestro estado se salta esos derechos con la política de dispersión. Pero igual o más grave es que castiga el hecho legítimo de reclamar estos derechos en público. La Audiencia Nacional prohíbe tanto la exhibición de fotos, como el acto reivindicativo del derecho de reagrupamiento. Y lo hace sin justificar cómo la reivindicación de un derecho puede ser un ensalzamiento del terrorismo. Prima su voluntad sobre la justicia.

Recordemos que el PP (Basagoiti y Urquijo concretamente) pedían a Ares que llevara a Etxerat a la Audiencia Nacional "para que suspenda su actividad y el Tribunal Supremo pueda reconocer este asunto y decretar su ilegalización".

Ares siguió los dictados de sus amos fascistas y dio instrucciones a la Ertzaintza a tal efecto. Según información fechada el 14 de diciembre y enviada esta semana al Parlamento a petición también de Carlos Urquijo, el Departamento de Interior ya ha remitido el informe a la Audiencia Nacional y está a la espera "de que se nos indique si es necesario adoptar nuevas iniciativas de investigación". O sea, de ilegalización.

Recordemos que Etxerat ha denunciado una nueva política de restricciones de visitas a familiares y amigos de presos desde hace un par de meses. Cacheos (incluso a bebés de 15 meses) aún disponiendo de arcos, vejaciones (obligaron a un discapacitado a quitarse les pantalones pese a no poder hacerlo por sí mismo, en lugar de pasarle la raqueta, y le negaron las muletas de madera que SIEMPRE le dejaban para entrar al locutorio). Se perdieron 160 vis-a-vis después de obligar a los familiares a recorrer miles de kilómetros para ir a Córdoba, Granada, Brieva, Puerto, Málaga, Curtis, Alacant, Badajoz, Topas, Ocaña II, Herrera de la Mancha y Soria.

Recordemos que en los primeros presupuestos aprobados por el gobierno ilegítimo de Patxi López no aparecen las ayudas para cubrir los gastos de desplazamiento de las familias de presos a cárceles de fuera del País Vasco, ayudas que se han dado otros años sin que el PSE votase en contra. La retirada penaliza a los familiares -que no han cometido ningún delito- a costosos, largos y peligrosos viajes por culpa de la política de dispersión que incumple la legislación penitenciaria.

Los presupuestos también dejan a un lado la financiación de la Udalbitza y las oficinas del País Vasco en el extranjero.

Recordemos la situación de los presos Igor Gonzalez Sola y Juan Manuel Piriz.

Recordemos las movilizaciones de esta semana en Berango, Hernani, Berriozar, Amurrio, Arbizu, Algorta, Basauri, Durango, Aulesti, Irun, Iruñea, Etxarri-Aranatz, Urduña, Errenteria, Lizartza, Zaldibia, Zalla, Irurtzun, Beasain, Uztaritze, Muskiz, Lekeitio, Zumaia, Arratia, Mundaka, Aramaio, Lazkao, Galdakao, Getaria, Zarautz, Lesaka, Donostia, Gasteiz, Zaldibar, Lizarra, Arrigorriaga, Zornotza, Azpeitia, Barañain, Atarrabia, Iturrama, Burlata y en el barrio bilbaino de Santutxu.

Recordemos que en las navidades de 2003, 2004 y 2005, el olentzero (personaje navideño vasco que trae regalos a los niños) colocado en la plaza de la localidad navarra de Areso desaparecía por arte de magia. En 2005 se supo que había sido un destacamento de la Guardia Civil de Leitza el autor de los secuestros. Introducían con nocturnidad y alevosía el olentzero en un patrol y luego, en un descampado, lo destrozaban y quemaban. Los agentes reconocieron los hechos, a pesar de que en la página de la Guardia Civil los comentarios apuntaban a que "SON LAS DENÚNCIAS FALSAS Y MALICIOSAS DEL ENTORNO ABERTZALE.¡¡¡ Las hacen mas que nada por joder, saben qque bno consiguen nada, (ni ellos mismos se las creen), pero joden. Y con eso, contentos.¡¡¡" (sic).

Recordemos que tras la emisión en ETB de los balbuceos del borbón, el PP ha pedido retransmitir por la televisión pública vasca la tradicional cabalgata de reyes del 5 de enero. Carlos Urquijo reclamó que este año se haga "el esfuerzo necesario" para garantizar la cabalgata, "un acontecimiento esperado todo el año con ilusión por los niños vascos".

El PP vuelve a presionar al PSE en el terreno identitario, condicionando de forma sistemática la acción de los socialistas y demostrando la interferencia constante de la política gubernamental en la televisión pública. El franquismo siempre utilizó la televisión para moldear la cultura nacionalista: los toros, las coplas, eurovisión, los triunfos del Real Madrid y el himno al finalizar la programación. La cultura españolista no se ha renovado (sólo se ha aplicado una ligera pátina modernizadora), porque aún funciona. No es algo puntual, es estructural y cobra fuerza cuando "el problema vasco" o "el problema catalán" se niegan a bajar la voz. El PSOE no puede parecer menos españolista que el PP, así que, una vez más, le hará caso.