Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo

Copio parte de un mail que envié a una persona muy querida, intentando explicar qué veo yo en una lengua:

[...] Adoro las lenguas, todas y cada una. Cada revisión del diccionario me duele en el alma, porque elimina palabras que ya están en desuso. ¿Tú qué palabra salvarías para que no desapareciese? Yo soy incapaz de decidirme. ACERILLO, ECCEHOMO, RATAHíLA (o retajaila en versión castiza), ALMORZADA (mejor almorzá), CANCO, ALJIBE, ZAINO, FANEGA, ALCUZA ppppufff hay tantas... 
¿Cuál crees tú que es la palabra más hermosa? (sólo por ser palabra, sin importar su significado). A mí me gustan las palabras que te llenan la boca, con consonantes explosivas y vocales abiertas. Por poner una, le tengo especial cariño a PENYASSEGAT (acantilado en castellano), porque viendo de pequeña las películas de Tarzán en TV3, que los porteadores esos que siempre se caían con los fardos dijeran "Penyassegat iuiu" me dejaba a cuadros. Me ha gustado descubrir palabras con significados diferentes según la zona del estado en que se usen, como CHOTO o PACA. También me decanto por las curiosas, como MARAVEDÍ, que es la única que tiene tres plurales diferentes: maravedís, maravedises y maravedíes; o RECONOCER, que creo que es el palíndromo más largo; o ARTE, que en singular es masculino y en plural es femenino. Algunas palabras me desagradan. Algunos tacos, insultos o palabrotas en catalán que suenan muuuuuy blanditos, como BALIGA-BALAGA. Palabras desgastadas por los políticos como TOLERANCIA (y más si va seguida de CERO). No odio la palabra, pero odio el uso de la palabra GÉNERO (que es una propiedad lingüística del idioma) como sinónimo de la palabra SEXO. Pero en realidad pocas. Amo las palabras (y algunos silencios). Éstas son sólo una MIAJA.
Hay gente para la que una lengua es sencillamente un contenedor, un medio de transporte, y por tanto ve absurdo que alguien prefiera viajar por un camino estrecho en vez de por una autopista, en un pequeño coche en vez de en un poderoso avión... (toma metáfora que no todos los habitantes de este mundo entenderían y no porque no conozcan los aviones, sino porque no conocen las metáforas).
Pero no se puede imponer esta visión a quien como yo cree que una sola lengua sólo sería mejor para los burócratas y los administradores, y que las lenguas son un tesoro.  No creo en imperialismos lingüísticos, ni en lenguas asesinas, ni en supremacías lingüísticas. Esos son problemas políticos. Lo que me resulta verdaderamente repugnante es la gente que con las lenguas sigue el principio homocéntrico de la sra. Botella: están para servirme.
Aunque muchas personas consideran una traba la existencia de tantas lenguas diferentes por los problemas de comunicación que genera, yo creo que los problemas de comunicación se dan por otras causas y que no basta saber el vocabulario de una lengua para entenderse con el prójimo. Hay algo que tengo claro de un modo “visceral”: si le decimos a alguien que deje su lengua en la puerta, el mensaje que le transmitimos es muy claro "una parte de ti no tiene ningún valor". La comunicación debe ser VOLUNTARIA.
Dicho esto, puedo explicarte algunas cosas que me fascinan de las lenguas (esto no está ordenado y quizás no tenga sentido para ti, pero escribo a bote pronto):
Hay lenguas en las que las palabras que designan unidades de tiempo como por ejemplo 'día', 'mes', 'año' no tienen plural. Es más la cantidad de ellas no puede expresarse mediante un cardinal ('dos días', 'tres días'...) sino mediante un ordinal ('al segundo día', 'en el tercer día' ...). La concepción del tiempo de un hablante de estas lenguas es diferente a la nuestra. Imagínate que disponen de diez días para realizar algo. No piensan que 'diez días' sea el conjunto de tiempo disponible, sino que lo ven como un ciclo que termina 'en el décimo día'.  Nosotros pensamos en un monto de tiempo: dejamos la tarea para el final, o la acabamos lo antes posible, de manera que el sobrante de los diez días podamos invertirlo en otras cosas (o en no hacer nada). Los hablantes de esas otras lenguas tienden a organizar sus actos de manera que diariamente se preparan para el final del ciclo. No sé si me explico bien.
Hay lenguas en las que no existe (por ejemplo) una palabra que signifique "verano" sino un verbo que significa "ser verano". Así uno no se pueden decir cosas como "me gusta el verano" o " en verano hace calor " sino cosas como "estoy contenta cuando es verano" o "el verano es caluroso ". En muchos de nuestros cuentos, historias, costumbres, el invierno, la primavera, el verano o el otoño aparecen antromorfizados o representados como personas conscientes. En estas lenguas eso no se entendería. Seguro que esto puede enlazarse con las religiones animistas.
Hay lenguas que describen conceptos abstractos (o sea, cosas no materiales o percibibles a través de los 5 sentidos) siempre en relación al hablante. Por ejemplo, en lengua mende, de Sierra Leona, no existe la alegría, sino la expresión “las dulces cosas que llevamos dentro”. ¿No es acaso más acertado describir bueno o malo, alegre o triste, racional e irracional como dependiente de lo que tú sientes en ese momento más que como algo absoluto?
Hay lenguas en lo que lo importante es la substancia (las nuestras). Nuestras palabras nombran las cosas (por ejemplo: el agua) y DESPUÉS si es necesario se dice algo sobre esas cosas (agua en forma de granizo, agua estancada, etc). En otras lenguas lo que se recoge en la palabra es la situación en la que se encuentra la sustancia, que es lo que ellos priorizan (la situación por encima de la cosa). Una palabra significa “agua en la naturaleza”, otra “agua en estado no natural”, etc. Que unas lenguas prioricen la substancia y otras el estado en el que se encuentra ¿no te anima a pensar en qué clase de valores tendrán sus hablantes? La conceptualización del mundo, la manera en que cada habitante divide y clasifica la realidad en categorías diferentes, las valora y las organiza ¿no dependerá también de la lengua que aprendas para construir tu pensamiento?
Desde los primeros años de escuela se nos habitúa a entender la existencia de los sustantivos y los verbos y las diferencias entre ellos. Aunque uno nunca se interese profundamente por la lingüística, esta distinción fundamental permanece como un dato irrebatible el resto de nuestra vida. Sin embargo, la naturaleza no está constituida de modo tal que nos exija el uso de clases como "sustantivo" o "verbo" para describirla.
En la lengua hopi, por ejemplo, los acontecimientos se clasifican por su duración y los más breves, como rayo, ola, llamarada, meteoro, bocanada de humo o pulsación, sólo se pueden expresar con verbos. Por otra parte, todos los hechos prolongados se consideran sustantivos.
La lengua nutka en Vancouver sólo cuenta con una 'categoría gramatical', una sola clase de palabras para describir todo tipo de acontecimientos.
Hay lenguas especializadas en los matices. Los indios campas de la selva amazónica tienen 27 palabras para  nombrar el verde. Los miskitos de costa Caribe tienen 25 palabras para el viento. Los esquimales distinguen veintitantos colores de nieve y ni se sabe las palabras para las diferentes presentaciones de la nieve. En Vietnam (y adyacentes) no existe UNA palabra para designar genéricamente al arroz. Muchas lenguas australianas carecen de LA palabra estándard arena.
Según los hablantes de estas lenguas, tú y yo estamos forzados a expresar con una sola palabra muchos fenómenos distintos, como la nieve que cae, la nieve en el suelo, la nieve endurecida, la nieve derretida o la nieve empujada por el viento, el arroz verde, el arroz de grano largo o el arroz pasado de cocción. Para estos hablantes, imaginar una sola palabra que abarque tantas realidades distintas (aunque se usen adjetivos, y ellos sean capaces de usarlos cuando aprenden nuestras lenguas) es algo NO NATURAL.
Por otra parte, hay lenguas que van mucho más lejos en el sentido opuesto, por ejemplo disponiendo de una única palabra para expresar "hielo", "frío" y "nieve" (como las lenguas indígenas amazónicas). Por supuesto, ésa es SU realidad.
En algunas lenguas, no en todas, las acciones se sitúan en un tiempo determinado. En las nuestras distinguimos entre tiempo absoluto y tiempo relativo.
Cuando decimos algo, el tiempo absoluto en el que lo decimos es el presente. A partir de este presente podemos hablar de hechos pasados y de hechos futuros, el tiempo relativo. Nuestro sistema verbal posee distintas formas destinadas a expresar el tiempo según la distancia con el presente sea mayor o menor, eso se denomina tiempo verbal (presente, pasado o pretérito y futuro). En el caso particular del castellano y del catalán, además del tiempo, nos organizamos con aspectos (aspecto perfecto, que señala la acción acabada en el tiempo, o aspecto imperfecto, que señala acción inacabada en el tiempo) y modos gramaticales (infinitivo, participio, gerundio, imperativo, indicativo, subjuntivo y condicional). A mí me gustaba aprendérmelos.
En cambio. existen lenguas que carecen de nuestros tiempos gramaticales y que utilizan nociones llamadas (por nosotros) “de tiempo psíquico”: expectativa, generalización o hecho relatado.
Unas tienen un modo negativo, o un modo reportativo (para referirse a un suceso del que no se tiene conocimiento directo sino del que se sabe por haberlo oído de otra persona).
O un modo irrealis (que señala acciones o eventos irreales o abstractos, tales como la necesidad, la posibilidad, el deseo o anhelo, el miedo, o una parte del razonamiento).
O un modo eventivo, u otro dubitativo (que expresa la duda, la pregunta o la incertidumbre del hablante a cerca del evento denotado por el verbo).
Otras tienen modos deprecativos (para implorar, suplicar, invocar, rogar o mandar) u optativos (de cortesía) o hipotéticos (para expresar un razonamiento contrario a unos hechos, aunque sea una situación que puede ocurrir).
El porqué unas lenguas adoptan unos modos u otros, unos tiempos u otros es algo que me fascina porque supone una priorización diferente a la que yo siempre he dado por supuesta. ¿No será mucho más flexible, menos prejuicioso, menos categórico, el pensamiento en una lengua con un modo reportativo o con un modo hipotético?
Hay muchas lenguas anfibológicas (en las que las frases y palabras pueden tener más de una interpretación) y otras tantas que no lo son. Las nuestras sí. Por ejemplo: Mi padre fue al pueblo de José en su coche (¿en el coche de José o en su propio coche?). Algo tan primitivo como el sentido del humor que se desprende de estas frases NO SE DA en lenguas no anfibológicas. Ejemplo de Groucho Marx: “Una vez le disparé a un elefante en pijama. Lo que nunca sabré es cómo hizo para meterse en mi pijama".
¿Tú sabes cómo envidio la construcción del plural en euskara? Lo femenino: ese gran ignorado en las lenguas latinas, con el masculino como ABSOLUTO. [...]

He aquí un maestro. ¿Para cuándo un "Gödel, Escher, Bach, Wittgenstein: un sistema que intenta comprenderse a sí mismo"?


13 comentarios:

Doctor Odio ha dit...

Cuántas menos cosas habría si no existieran las palabras, decía Stanislaw Jerzy Lec. Por cierto, me viene ahora a la memoria el tan usado por Ibarretxe, “los vascos y las vascas”, que era motivo de burla entre el españolismo patrio, cuando era un reflejo del uso en euskara y un signo de respeto a todos (y todas).

¿Elegir un grupo de palabras favoritas, incluso olvidando su significado, permite conocer -un poco- a una persona? ¿Y observar los libros que tiene en su biblioteca? Penyassegat es magnífica, y acantilado también. Y manantial. Y doncella (hoy estoy un poco cursi, es que el día lo merece). Pero la verdad es yo soy un vicioso y me gustan todas (las palabras).

Y hablando de palabras, he observado que ha dejado unos comentarios (breves pero muy acertados) en el blog de Saco: hoy mismo, por ejemplo. Yo también colgué dos o tres con este nick hace unos meses, más que nada para compensar un poco la balanza y hacer una crítica a lo que algunos llaman el pensamiento único en el blog. Cuando Saco & Co. critican a la monarquía, a la Iglesia y al PP está muy bien, pero es difícil encontrar reproches duros al PSOE, como podrá comprobar si se pasa habitualmente.

Le voy a contar un secreto (pero que quede entre nosotros). A veces utilizo el nick de “El hombre del saco” cuando hago algún comentario en el blog de Saco (muy esporádicamente). Son comentarios un poco bastos o por lo menos distintos de los “normales” (guardando las formas y sin ofender personalmente a nadie, claro). Creo que es por un problema de desdoblamiento de personalidad, en plan Jekyll y Hyde. También porque ese blog permite explayarse un poco más en cierto temas sin temor a la censura. Un tono distinto requiere un nick distinto (aunque no trato de ocultarme modificando el registro narrativo). Mi duda es: ¿Soy Jekyll que intenta hacerse pasar por Hyde o soy Hyde que se oculta bajo la máscara de Jekyll? ¿Odio a saco o saco a Odio?

He impreso y guardado su artículo de hoy en mi carpeta de “las dulces cosas que llevamos dentro” (ya he advertido que hoy tengo el día cursi: le juro que el resto del tiempo soy casi normal).

Jabiero ha dit...

Spam con regusto pedante se le llama a eso xD
Gracias por la entrada Anna, muy interesante el vídeo.

Anna ha dit...

Estimado Doctor, lo que sí puedo decirle en este momento es que lo que lees distorsiona el modo de ver la realidad, porque yo leí Stanislaw Jerzy Lec pero pensé en Stanislaw Lem.
Eso de “los vascos y las vascas” no era motivo de burla, lo ES, en presente de indicativo cultural.
Y lo de manantial y la doncella, más que cursi, es bergmaniano. ¡Déjelo! ¡Aún le queda vida por delante! (Es broma, sé que lo sabe)
Ufff... el blog de Saco es una secta en que conversan los de siempre. Lo leo porque hace reflexiones inteligentes (palabra que nunca debe ser usada como sinónimo de acertadas), pero me limito a hacer observaciones de lo obvio, como hoy (y que como hoy caen en saco roto... ¡mmmmuhahahaha!).
No se preocupe por su desdoblamiento de personalidad (excepto si padece largos periodos de amnesia). Es en el sexo y en el anonimato donde principalmente se manifiesta. Todos tenemos un Doctor Odio que hace el amor y un hombre del saco que folla. No me escatime a ninguno de los dos.

Anna ha dit...

Jabiero Hesse de Jesús Francisco, no basta con Wittgenstein, hay que desempolvar la lingüística de Humboldt.
¿Qué tal la resaca?

El Unicornio Negro ha dit...

A mí este post me ha emocionado tanto, me ha llegado tan hondo justo en estos momentos de desánimo y decaimiento, que no me queda más que agradecértelo con todo mi corazón. A ti, claro, y a esa persona querida.

Anna ha dit...

Unicornio, yo sí que tengo que agradecerte tu último post. Voy a usar ese invento endiablado del feisbú por si suena la flauta y alguien más lo lee. Gracias. No te nos desanimes.
http://elunicornionegro.wordpress.com/2009/12/08/yo-vengo-de-un-barrio-obrero/

Doctor Odio ha dit...

Créame o no, pero "manantial" y "doncella" ha sido una asociación mental involuntaria.

¡Dios mío, jamás creía que llegaría a esto! Necesito un loquero, y pronto.

(Cierto es que tengo la filmografía completa de Bergman, aunque mi película favorita es "La vergüenza"

Jabiero ha dit...

Poca resaca, es lo que tiene el buen escoces aunque sea con coca-loca, la otra resaca... la que no es por ninguna sustancia... eso ya es otra cosa, una pena. Pero en fin, ¿no se suele decir aquello de mañana es el primer día de mi nueva vida? Pos eso. Gracias de nuevo por estar ahí, y que no nos faltes nunca hada.

Luis ha dit...

Precioso!

Pascual González ha dit...

El tópico de la multitud de palabras para designar la nieve en los dialectos inuit es una de las más famosas falsificaciones de la lingüística del siglo XX. Por lo que sé, el resto de las versiones también lo son, al haberse difundido como instancias del mismo tópico. El malentendido nació del modo en que Whorf (el lingüista aficionado de la hipótesis Sapir-Whorf) interpretío algunos pasajes de Franz Boas (maestro a su vez de Sapir, por cierto) sobre el lenguaje de los inuit. Después vinieron otros, que aumentaron el número de nombres para la nieve en inuit... ignorando (ejem) el hecho de que estamos ante una lengua polisintética que, como el alemnán, es capaz de formar infinidad de apalabras aglutinando términos más simples.

En fin, en relativismo lingüístico la lo Sapir-Whorf (cada lengua es una forma diferente de ver el mundo, los esquimales usan más de cien términos para designar la nieve, etc.) está bastante desprestigiado hoy en día.

Saludos.

Anna ha dit...

Buenas tardes Pascual.
No estoy al tanto de las corrientes lingüísticas, pero no me preocupa el desprestigio del relativismo fuerte de la hipótesis Sapir-Whorf. Los prestigios en las ciencias no-puras van y vienen por modas: ayer el empirismo, hoy el racionalismo, mañana vuelta a empezar.
Precisamente por ser yo relativista dudo que el lenguaje sea el que provea TODOS los patrones de pensamiento, ya que hasta mi limitada experiencia me demuestra que ni siquiera mi propio pensamiento es 100% verbal, pero también dudo del innatismo de Chomsky y creo que la realidad debe de andar en algún punto entre los dos.
¿Cuál es su postura?

Pascual González ha dit...

No hablo de prestigios ni de modas. Hablo de cómo ha sido descubierta la falsificación de las "más de cien palabras" para nieve en las lenguas inuit. Un buen <a title="geoffrey pullum - The Great Eskimo Vocabulary Hoax - .PDF!" href="http://users.utu.fi/freder/Pullum-Eskimo-VocabHoax.pdf>resumen del caso</a> (en .PDF).

Y, bueno, afortunadamente la ciencia no es una sucesión de modas. Ni siquiera la lingüística.

Anna ha dit...

Discrepo totalmente de su última frase. La ciencia es una sucesión de modas. Y de esto no hablo como voluntariosa interesada sino como científica. No me refiero a las "fashions of science" que se perciben
periódicamente por el impacto que determinados temas generan en la opinión pública y por el dinero que se dedica a la investigación (como el cambio climático, las energías renovables o el freudismo). Me refiero a la misma epistemología de la ciencia. Y concretamente a la física de altas energías y a las matemáticas que son mis áreas de formación.

Algunos ejemplos:

- En la segunda mitad del siglo XIX Sophus Lie desarrolló la teoría de grupos y en particular la idea de simetría como generadora de principios físicos. Tal línea no estaba de moda entre físicos y matemáticos de la época y Lie vivió marginado entre la comunidad científica. No fue hasta medio siglo después que sus ideas se recuperaron. La teoría de la relatividad restringida es una teoría de las simetrías del espacio vacío y también del tiempo. La definición del concepto de partícula, en el contexto de la teoría cuántica de campos, tal como la formuló Wigner, está relacionada con la simetría (entender el teorema de Noether me hizo LLORAR)

- Gödel publicó un artículo en 1931 en el que rebatía las hipótesis de Hilbert sobre la coherencia, consistencia y completitud de las matemáticas. Trabajó en áreas de las matemáticas que no estaban de moda en absoluto y que lo estuvieron aún menos a medida que fue envejeciendo. Sin embargo sus ideas supusieron una verdadera revolución científica.

- La idea del espacio y tiempo absolutos de Newton fue una moda que duró más de dos siglos. No todos los físicos la aceptaron, pero condicionó las grandes líneas de trabajo hasta que en el siglo XX la teoría de la relatividad mostró que eran ideas poco correctas. Igualmente su método de las fluxiones eclipsó durante un tiempo la (muchísimo más útil) notación diferencial de Leibniz (adoro a este hombre), sencillamente porque Newton estaba de moda.

- La constante cosmológica de Einstein fue calificada como una gran equivocación, pero vuelve a estar de moda ahora cuando se ve que el ritmo de expansión del universo está en continua aceleración.

- La última moda en física de partículas es la teoría de la supercuerda. Puede que pasen décadas antes de que se decida, mediante experimentos que ahora no son posibles, si la teoría de la supercuerda es fructífera o resulta ser un callejón sin salida. Lo mismo pasa con el nacimiento espontáneo del universo, que se explicaría mediante la gravedad cuántica. Esta moda, apoyada por el prestigio de Hawking, es discutida por su concepto de universo auto-contenido.

En fin, dejo de enrollarme. Creo que la grandeza de la ciencia está en su capacidad de recuperar ideas "que no han estado de moda" cuando las que lo están se muestran insuficientes para el avance. Ninguna hipótesis, ningún nombre, son ahora sagrados. En "¿Tan sólo una ilusión?" Ilya Prigogine señala: “Buscábamos esquemas globales, simetría, leyes generales inmutables y hemos descubierto lo mutable, lo temporal, lo complejo.”