Me he comprado "Espejos: una historia casi universal" de Eduardo Galeano. En Google libros hay una gran cantidad de páginas escaneadas, pero vale la pena tenerlo completo, en ese estupendo papel blanquísimo y satinado. Está cocinado con muchas especias y sus microcapítulos (nanohistorias, mininoticias, recuerdos subatómicos) permiten llevarlo en el bolso y aprovechar cualquier minuto para degustarlo.
De Galeano únicamente he leído artículos en red y "Las venas abiertas de América Latina", que está disponible e íntegro en Google libros, en Slideshare o que se puede descargar en pdf en bastantes sitios (aunque yo, como hago con los libros que realmente deseo, me lo compré).
Siguiendo mi rito de cortejo lector, tomé el volumen del estante, lo abrí, y él me explicó:
Señor Corporación
Ocurrió en Washington en 1886.Las empresas gigantes conquistaron los mismos derechos legales que los ciudadanos vulgares y silvestres.
La Suprema Corte de Justicia anuló más de doscientas leyes que regulaban y limitaban la actividad empresarial, y al mismo tiempo extendió los derechos humanos a las corporaciones privadas. La ley reconoció a las grandes empresas los mismos derechos de las personas, como si ellas también respiraran: derecho a la vida, a la libre expresión, a la privacidad...
A principios del siglo veintiuno, aún sigue siendo.
¿Cómo resistirme?
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