Soy una incapaz

Llevo toda la mañana intentando hilvanar un discurso coherente y lo único que consigo son lágrimas de indignación, de impotencia, de asco y de rabia.

Mientras sigo esforzándome, dejo aquí una conversación entre dos hablantes del "español", lengua de unidad en lo universal.

Escenario 1: Ciudad de México.

-Quiobas manís, ¿qué jáis de la baraña?
-La mera neta, a todas margaritas.
-Pos yo te echo vidrio medio destorlongado.
-Tu en cambio, bien fufurufo.
-Es que me metí a la polaca y a mí pelones y mamones. Tú en cambio mírate qué verijón.
-Es que yo no sé pintar un tololoche.
-Oye, tú necesitas un jiricaso pa' ponerte más almeja.
-Pos que's más que la verdá, nomás me falta hecerle a la limonada.
-No seas bato furriel, cuasimodo, la chingadera es que me chingué...
-Pues vidrios, mejor éntrale conmigo a la polaca.
-N'ombre, la polaca es la casa de la risa.
-Estás hecho camote. ¿No necesitas laniza?
-Un chirris.
-¿Quieres estirar las de batir lodo?
-Nel.
-Entonces ponte los cuatro fanales y vamos a todas margaritas. Tienes ínfulas de marciano, bato.
-Pelones al chile. Éntrale conmigo a la jarcia. Vamos a girarle al jerez seco, al chicloso con mandarín y al chocolate de fumanchú. Te juro que le ronca la progenitora.
-Ay cuasimodo, tu vida es un huarachazo.
-No le zacatées, manís.
-Ataca matraca.
Escenario 2: Comunidad Valenciana.

-¿Qué tal tío? ¿cómo estás?
-Cojonudamente, en serio.
-Pues te veo hecho polvo.
-Tú en cambio, siempre tan elegante.
-Es que me metí en la política y ya sabes, a mí lo que me echen. Tú, en cambio, lo llevas fatal.
-Es que a mí no me van los malos rollos.
-Oye, lo que necesitas es que te dé un toque para ver si espabilas.
-Pues la verdad es que sólo me falta pedir limosna.
-No seas tonto. Móntatelo. Hay que estar dispuesto a todo.
-La verdad tío es que estoy bien jodido.
-Pues abre los ojos y entra conmigo en política.
-No hombre, la política es un manicomio.
-Te equivocas. ¿Te hace falta pastuqui?
-Mucho.
-¿Quieres morirte de hambre?
-No.
-Entonces abre bien los ojos y todo saldrá perfecto.
-Tienes ideas poco realistas, amiguito del alma.
-Qué más da. Entra conmigo en la secreta. Podemos llevar juntos el negocio del matute.
-Ay, amiguito del alma, para ti la vida es una fiesta.
-No te me rajes, colega.
-Está bien. Vamos.