Idea errónea de nuestra no-intervención en Somalia

Dice el Capitán de la Marina Mercante y periodista Juan Zamora Terrés en "Cordura ante la piratería":
Los piratas, de entonces y de ahora, son ladrones que anidan en costas sin dueño ni ley, o con dueños y leyes sobornables a bajo precio. Por qué mandamos tropas a desordenar Irak o Afganistán y no las mandamos a ordenar esos territorios sin ley es una pregunta que cae fuera de este artículo.

No quiero fijarme en África. Fijarme en África me resulta tan apetecible como ponerme ante un espejo bajo una luz intensa y examinarme con una lupa de gran aumento. En ambos casos el resultado es el mismo: acabo dándome náuseas.

Quiero creer que el sr Zamora no ha escrito lo que ha escrito por cinismo, sino por desinformación. Las pocas veces que los medios nos hablan de África lo hacen como si fuera "un todo" inmerso en guerras tribales, sumergido en trágicas hambrunas provocadas por sequías eternas, muriéndose de sida y subdesarrollado por culpa de su ineptitud o del fundamentalismo islámico. Y aunque eso es parte de la verdad, se olvidan de nuestras vergonzosas colonización y descolonización, del trato paternalista que les dispensamos, de nuestros intereses por controlar sus políticas, dominar su mercado, traficar con nuestras armas, expoliar sus recursos o utilizarlos como conejillos de indias a costa de su sufrimiento y sus vidas.

Precisamente el proceso que condujo al estado actual de Somalia, de donde proceden los piratas a los que se refiere, recuerda al implementado en Afganistán. Fue auspiciado y coordinado desde el exterior, desde las élites internacionales para favorecer a las élites locales con el apoyo de EEUU y la connivencia de buena parte de los países del mundo. La sociedad civil fue ninguneada y sacrificada y no contó con ninguna representación real.

Con la caída de la Unión Soviética en 1991, el gobierno socialista de Somalia perdió su apoyo, lo que provocó su derrumbe y el comienzo de una guerra civil entre sus diversos clanes. El país se escindió. Desde entonces y hasta la mitad de 2006, Somalia se vio devastada por conflictos entre los "señores de la guerra".

En 1994, el presidente Clinton envió miles de tropas a Somalia para ocupar el país bajo la apariencia de "misión humanitaria", desoyendo el consejo de los comandantes italianos de las tropas de Naciones Unidas en dicho país. Era la continuidad de la política de Bush padre. Helicópteros de combate bombardearon duramente zonas pobladas de Mogadiscio, matando y mutilando a miles de civiles. Los EEUU se vieron finalmente obligados a retirar a sus soldados cuando el Congreso y la opinión pública se volvieron mayoritariamente en contra. Las Naciones Unidas, que no necesitaban ya proporcionar tapadera a la intervención estadounidense, también se retiraron.

En junio de 2006, cansados de los abusos de los señores de la guerra y de Abdullahi Yusuf, el presidente títere de los usamericanos, la Unión de Tribunales Islámicos (UTI) tomó la capital, Mogadiscio y los expulsó de la zona, replegando a los "warlords" a la frontera.

La UTI era una coalición de trabajadores, fuerzas de seguridad, clérigos islámicos, juristas y comerciantes, que incluía a islamistas moderados y radicales, políticos civiles y combatientes armados, populistas y liberales, autoritarios y electoralistas. Se ganó amplios apoyos entre la población al construir a partir de la comunidad, no de los clanes fragmentados, consiguiendo así unificar el país y reafirmar la soberanía somalí. Ante la total ausencia de gobierno, la UTI empezó a proporcionar seguridad y protección a los ciudadanos, poniendo fin al pago de extorsiones impuestas sobre comercios y hogares, a las confiscaciones arbitrarias, a la corrupción y a los secuestros que llevaban a cabo los señores de la guerra y sus matones armados; instalando una red de programas y centros de seguridad social, clínicas sanitarias, cocinas colectivas y escuelas primarias para atender a gran número de refugiados, campesinos desplazados y pobres urbanos. Las ONGS pudieron volver a trabajar.

Por supuesto, los usamericanos no iban a tolerar un movimiento islámico a favor del pueblo y en contra de sus intereses. Acusaron a la UTI de recibir ayuda de Irán y dotaron de un mayor poder armamentístico a los señores de la guerra, consiguiendo que algunos de los caudillos que hacían agonizar a Somalia pasaran a ser su imagen corporativa.

El sr. Bush hijo, que había declarado su guerra contra el terrorismo en frentes como Iraq, Afganistán y Líbano, y había puesto en marcha a finales de 2001 una coalición antiterrorista en el Cuerno de África para "luchar contra Al Qaeda" (la Operación Libertad Duradera), se aseguró de que una resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas reconociera a Abdullahi Yusuf y sus secuaces como gobierno legítimo.

Animó a Etiopía (cristiana y beneficiada por un programa de asistencia militar estadounidense desde 2002) a lanzar una ofensiva, poniendo a su disposición medios de reconocimiento aéreos y de escucha vía satélite. Y cuando las tropas del UTI se desplazaron hacia el oeste para desalojar a Yusuf, los EEUU aumentaron su financiación al régimen dictatorial de Meles Zenawi en Etiopía para que invadiera Somalia.

El 28 de diciembre de 2006 los etíopes enviaron unas 15.000 tropas, cientos de vehículos blindados, docenas de helicópteros y aviones de combate, y ocuparon las regiones controladas por los Tribunales Islámicos, tomando Mogadiscio. Proclamando que estaban comprometidos con la "guerra contra el terrorismo" y coordinado con las fuerzas aéreas y navales usamericanas, bombardearon a los somalíes que huían matando a decenas, supuestamente a la caza de simpatizantes de Al Qaeda (las fuerzas militares somalíes y estadounidenses fracasaron a la hora de identificar a UN SOLO dirigente de Al Qaeda tras examinar a decenas de muertos, refugiados y combatientes capturados).

Principios de enero de 2007: el Grupo de Contacto Internacional sobre Somalia (impulsado por los usamericanos) se reunió en Nairobi (Kenia), e instó a financiar "de manera urgente" una fuerza de paz prevista por la ONU, respaldados únicamente por Etiopía y Uganda. Abdullahi Yusuf fue elegido presidente y se seleccionó al 80 % de los diputados, vetando en la elección a la sociedad civil, a los intelectuales y a los islamistas. Washington anunció que otorgaba una ayuda de 16 millones de dólares al presidente, así como ayuda humanitaria y un segundo envío de 24 millones de dólares, de los cuales 14 millones irían a la "fuerza de paz".

Lo que sigue es descrito por el enviado de la ONU a Somalia Ahmedou Ould Abdallah como "un genocidio encubierto". El director adjunto para África de AI lo declaró de esta manera: "Las gentes de Somalia están siendo asesinadas, violadas, torturadas; los saqueos se extienden y barrios enteros están siendo destruidos. Los soldados etíopes han empezado a asesinar a los somalíes como si fueran chivos, es decir, cortándoles la garganta". El desplazamiento de 3.5 millones de personas, 700.000 tan solo desde la capital, más de 2.5 millones de personas enfrentadas a la muerte por hambre, 18 años de guerra civil, intervenciones extranjeras, bombardeos norteamericanos, injerencia de extremistas religiosos, además del tsunami y la sequía que azotaron al país.

Ese es un sucintísimo resumen de la intervención occidental en Somalia. Desde enero de 2009 Sharif Sheid Ahmed es el tercer presidente del Gobierno Transicional de Somalia. Toda esta información se encuentra disponible en la red.

Los usamericanos crean el caos. Como ya tienen demasiado desplegadas sus fuerzas terrestres, para "atender" sus asuntos en África, en Oriente Próximo y en Latinoamérica, se apoyan en regímenes clientelistas y élites colaboradoras, reduciendo el coste económico y político. Los refuerza un poco con ataques aéreos y navales y mercenarios regionales, y expulsa al régimen independiente apoyado por el pueblo. No es el primer caso y no tiene pinta de ser el último.

Pero el "problema" talibán no se resolvió con la toma de Kabul en 2002, ni el "problema" iraquí con la de Bagdad en 2003, ni el "problema" somalí con la de Mogadiscio en 2006. De hecho, la intervención de EEUU ha supuesto que el ala jihadista de la UTI haya logrado imponerse dentro de esta organización islamista, radicalizando su postura hacia el fundamentalismo.

Fotograma de "Black Hawk Derribado", que presentó como héroes a los marines que masacraron a más de 10 mil somalíes en un ataque de 1992

2 comentarios:

Jabiero ha dit...

Para entender la estrategia de los USA:

Documental completo: El Nuevo Siglo Americano

Para reirse un poco: CQC con Aznar en Washington imperdible (aunque podemos esperar sentados a que hagan algo parecido por lo de las tropas españolas en afganistan)

Anna ha dit...

Pues no, ese no lo había visto, pero ya está solucionado. No tienes que dejarme ver cosas con ese final, me lo ha prohibido el médico...